La huida del mundo real

Blog de poesía y política

2.25.2004

ACTA EST FABULA

Lo confieso: soy un culpable empedernido. He roto con la tribu primigenia y disfruto de la soledad que es la madre de ese tierno TANATOS. Se me han visto todas las vestiduras, los encajes, los volantes, los remiendos. Acusé de risa y deseo bermellón de las mejillas púdicas y lloré desconsoladamente de rabia y de desdicha...

Ayer por la noche, acreditado como estaba en la Cuarta Pared, me acerqué con Alfinsolos al estreno en Madrid de ACTO SEGUIDO, un espectáculo de la más prodigiosa compañía de creadores escénicos de España: Matarile Teatro.

La siemprelinda sala Cuarta Pared, dirigida por Javier y un equipo de excelentes profesionales que han hecho del teatro alternativo un viento cambiante y renovador, acogía, desprovista de telonaje a está obra tan verdadera como las paredes (las otras tres del escenario) del bienhallado sitio de teatro, es decir: paredes reales con desconchomes reales, con ladrillos reales con belleza real. No casualmente los Matarile escogen las puestas, sus elecciones estéticas son phronesis de su hacer teatral; son forma, pero que determina un estudiadísimo contenido semántico y político.

Bonita sala y bonito teatro el que vimos ayer; el abrazo de Yague se notó cálido con los artistas y particularmente con este servidor que escribe una devolución humilde.

Alfinsolos lloró conmigo en momentos del mágico espectáculo que entre otras cosas defiende la trascendencia de lo intrascendente, o dicho de mejor manera y con algo de audacia: de cómo llegar a la belleza sin usar el estereotipo de belleza. Una seria y conmovedora búsqueda de la verdad, del arquetipo o como dice Borges, "Sediento de saber lo que Dios sabe, Judá León se dió a permutaciones / de letras y a complejas variaciones / y al fin pronunció el Nombre que es la Clave, / la Puerta, el Eco, el Huésped y el Palacio, / sobre un muñeco que con torpes manos / labró, para enseñarle los arcanos / de las Letras, del Tiempo y del Espacio..." y aunque la creatura de la Vallés y el Patiño no termina como el poema, sino que al contrario de crear un torpe y tierno muñeco de piedra, crean un pequeño relicario de sensaciones y deseos que de tanto estar se riegan por huequitos de la realidad nuestra.

Más que nunca, lúcidos y sabrosos, los Matarile taconean las tablas de los escenarios y como ellos mismo dicen en la obra: muertos, muertos, no están!

Gracias gente, gracias de verdad

:: León Sierra huyó a las, 06:33

0 Comments:

Add a comment