La huida del mundo real

Llevo con mucho atraso la actualidad del blog, como me he dedicado a la poesía y a la contemplaçao... en fins... Vamos por el domingo pasado: El domingo, no sé... mejor no posteo nada de la tarde de fotos en el retiro, que me ha sentado un poquito mal... ya lo sabes [mensaje críptico para quien se tiene que enterar]. Por el contrario si hablaré de mi sorpresivo encuentro con mi gran amigo Juan Polanco, quien me cuenta que le han encargado la dirección de la FIESTA DEL NIÑO organizada por el Ayuntamiento para las Fiestas de San Isidro 2004. Muy fraterno, Juan, a quien le debo agradecimiento perenne por las colaboraciones excepcionales suyas con las que he contado en ya en algunos proyectos teatrales, me saludó con un par de besos en medio de una algarabía de gente que lo rodeaba. Comentamos un poco de lo que estábamos haciendo cada cual y de cómo estaba el panorama teatral de Madrid, que dicho sea de paso, me da cada vez más asco, las figuras del poder se repiten, las reputaciones de las grandes divas de la ópera, son ya mitos en referencia a las mezquinas defensas de las pequeñas, pequeñísimas reputaciones de los teatreros de ahora, que por estar en un mercado globalizado, han puesto el culo para el mejor postor y lo tienen, ahora, como un bebedero de patos, de tanto contemplar y contemplar acuerdos “tolerantes y democráticos” con la derecha más reaccionaria, la que gobierna disfrazada de progre y maquillada con el mejor LOEWE rojo. El caso concreto me altera mucho, la productora de un poco conocido director argentino (ex votante del partido comunista, conductor de VOLVO y usuario de un certificadísimo ROLEX), después de varios años de lisonjeo pertinaz (cartas de lírica costumbrista y comidas no menos costumbristas o étnico-pamperas), ha logrado su objetivo, es el galardonado con la contratación para la producción teatral callejera de la política difusionista de un Gallardón que no sería tal si Alicia Moreno no se inventara este tipo de pasacalles que lavan la imagen de un pésima distribución de los dineros públicos en relación a las artes y específicamente al teatro. Me alegro mucho por Juan, se lo merece, y ahora que va a tener un hijo con su compañera, como todos los seres humanos, tiene derecho a llevarle el pan con el sudor de su frente (frente inteligente y preparada). Lo que si me calienta la sangre es el poco sentido de la coherencia de unos, que tachando de mediocre e inefable el trabajo de teatreros de corte comercial como Polanco, terminan contratándolo, para poder cobrar esos euritos que pertinazmente se los han currado, dejando de lado todo el supuesto discurso artístico que convalida y mantiene su carrera. Insisto: La poesía no es género de mercaderes y aquí entiéndase a la poesía en el más amplio sentido filosófico e histórico. Menos mal no hay hegemonía, que de haberla, no me quedaría más que plantar tienda de campaña y lanzarme a la huelga de hambre por los derechos de todos los que pagamos impuestos y nos vemos estafados con flores y guirnaldas para la boda principesca (a modo de cultura popular y generosa). Palabra de ex-sirviente.