La huida del mundo real

En mi país, hay una ciudad que se llama Cuenca más no otra que se llame San Sebastián ni Donosti. El caso es que el gentilicio de la que por otra parte la llamamos también La Atenas de los Andes es, cuencanos, no conquenses como aquí en España. Pues esta luna de miel cuencana y donosteísta se parece más a lo que debía ser la unión de ese par de principitos, aún todavía se ven los largos coletazos de lo que creo que es la esencia de esta unión: la decisión política. La boda del primogénito de la cuarta fortuna más importante de España es el resultado de una no fortuita elección. La renovación monárquica de la mano del PSOE trae una boda bajo el brazo. La perennización de los poderes del estado monárquico-post franquista se ata al mástil de un cuentito de hadas al mejor estilo walt disney, donde una plebeya cenicienta logra llegar (sin pedir) al trono de unos brazos con venas azules, tan azules como los ojos. Cotilleos varios dicen, las altas esferas, que en octubre el Príncipe le puso un ultimátum al Rey: “o me dejas consolidar mi relación o abdico al trono y no regreso de New York...”(donde había partido en un misterioso viaje que nos privó de su presencia en el 12 de octubre, día del Pilar, día del descubrimiento de América, día de la raza –como vilmente nos han obligado a llamarlo en algunos países de latinoamérica). Otros comentan la supuesta homosexualidad del heredero, el pendoneo de su prometida, ahora Princesa de Asturias. Que bonito, una asturiana ha terminado siendo Princesa de Asturias, comunicadora social y divorciada –pero religiosa, tan religiosa que cuando llega el amor y se casa por amor, lo hace por la iglesia, ha guardado su estreno eclesial para el amor, habrá que preguntarle qué más ha guardado para su elegido, la virginidad acaso?
Pamelas, tocados, fracs, pajes goyescos, y dos dirigentes sidicales asistentes al acto, el espacio reservado a los más plebeyos de los plebeyos: la última fila de la catedral. Dos dirigentes políticos ante los que me saco el sombrero por su honestidad y coherencia: Llamazares y Carod, los demás acudieron al convite Borbón y rindieron pleitesía a quienes son sus reales patrones.
Un singular gesto de adhesión anarquista: Ágata Ruiz de la Prada, republicano chemisse.

Un guapo entre los invitados: muchos, muchos, Miguel Bosé (al lado de Antonio Gala en la ceremonia)
la foto no le hace ningún favor

Unos horteras arribistas: Lucio Gutiérrez Borbúa Presidente del Ecuador (no quiero pensar en el costo de su viaje para mi país),con su mujer, la peor vestida: una radical del feminismo de postín derechoso y populista, he aquí un ejemplo para la dialéctica virtual mantenida en otros blogs –Shangay Lily vs Zäap.

(son tan cutres que no he encontrado fotos en internet)

Unas palabras impresionantes: La primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios, leída por la abuela de la princesita, la periodista que con cada palabra dejaba ver de una manera asombrosa la belleza del texto, la profundidad filosófica del evento, su significado profundo, el real de realidad no de realeza: .”..Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser...”

Un descubrimiento para la melanomanía: Las cántigas de Santa María, compuestas por Alfonso X el Sabio, Rosa das Rosas.
Lo más previsible: la sobreactuadísima castidad de Letizia, quien pedía besos al esposo y al mismo tiempo ofertaba las mejillas para recibir los ósculos pasionales de un feliz príncipe, ergo, la coronamos como la calientapollas oficial del reino.

...yo pensaba que este matrimonio iba a ser un detonante de la ruptura de la monarquía, sus ojitos pícaros, como decía supervago, prometían, prometían... ahora, no lo sé.