La huida del mundo real

Blog de poesía y política

5.21.2004

Una teatral



Madrid está dividido, y no me refiero a la boda-bodoque, dos grandes, grandísimos acontecimientos undergrounds acaparan la atención de los más despiertos, los más inquietos, los más exigentes, son dos obras de teatro: Los Días que todo va bien de Juan Úbeda y Elisa Gálvez en el Teatro El canto de la Cabra y El hundimiento del Titanic de Ángel Ruiz y Mariano Marín [Quésquíspás] en el Teatro de las Aguas. He aquí dos previos que escribí para la revista SALIR:



- He declarado a 2004 como el año de la sala El Canto de la Cabra, su programación responde a un estudiado perfil que los espectadores agradecen y colman de presencias; me siento tan bien cada vez que salgo de ver un espectáculo allí que incluso deseo volver a fumar para celebrar... Los días que todo va bien se repone ahora después de que el cambio electoral promete iluminar el futuro de una realidad que fue razón de ser de este espectáculo; más político y más personal que ningún otro que hayan producido Juan Úbeda y Elisa Gálvez, es inteligente y sensible, sus razones son las de un marcado carácter contestatario, aún poético y humano. Con este trabajo, los cabreros vuelven a sus tablas gracias a la insistencia de público, crítica y amigos, que necesitamos recordar que hay días en que la mente parece que se engaña y nos promete días mejores. Yo me alegro y espero poder verla varias veces. Hasta el 30 de mayo de jueves a domingo 21.00h En El Canto de la Cabra c/ San Gregorio 8 Chueca



- El Hundimiento del Titanic es QuésQuísPás, míticos, irreverentes, divertidos y algo imprescindible: virtuosos. “Personajes cuya verborrea solapa la magnitud de sus conflictos...” para hablar sin pretextos y con ellos de lo más universal del carácter humano. Lo mejor, y todavía sorprendente, los nombres del rededor: Dunia Ayuso y Félix Sabroso en los mandos y Javier Cámara, el hombre de la administración de la Pasta, Ángel Ruiz y Mariano Marín (la pareja de tres, con el piano, claro) cumplen 10 años en las tablas del Teatro de las Aguas, los miércoles de junio. c/ de las Aguas, 8. La Latina.


Dos espejos mágicos, dos escenarios vibrantes, rugidos de inteligencia rasgan el paño de la máxima sensibilidad posible, momento oportuno, reflexión apasionada... etc (¡!¿?..) No procures salir impasible de los espectáculos y fustígate por no verlos. Ejemplos claros de lucidez actual. ¡Todavía es posible soñar! Ojos de gratitud y arrojo son los únicos ojos que se me ocurren. Los textos publicados se quedan elocuentemente nimios frente al momento escénico, como se lo comenté en un mail a Ángel, “...NO HAY PALABRAS POSIBLES, se han marchitado, desaparecieron, las mataste con tu magia...” Pecado perderse estos espectáculos.

:: León Sierra huyó a las, 12:48

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