La huida del mundo real

A ver, cronológicamente y de hoy hacia atrás:
Acabo de llegar de Valsaín, donde fui con Al fin solos para festejar el cumpleaños de Martín. Viajamos ayer por la tarde en un autobús de la sepulvedana que más bien era una sauna de sardinas...uf, un horror! Cuando llegamos ya todo cambió porque nos recibió Martín y Joaquín, su primo que acaba de llegar de Buenos Aires y está de momento viviendo con ellos. Nos pusimos la mallita (la mashita, así se le llama al bañador en Argentina) y nos fuimos al río y nos dimos un baño genial. Había un grupo de mozalbetes que también se bañaba, la imagen de sus cuerpos divertidos de dieciséis o diecisiete años, me recordó a un poema de Yeats o Witman, el río se mecía lentísimo en el vado oscuro y el sol acariciaba cálidamente nuestra conversación que estaba aliñada de hachís y afecto. La mirada se me perdía en el grupo de jóvenes y mi observación me pareció impúdicamente igual a la del protagonista de la Muerte en Venecia cuando se le escapaba Tadzio entre pensamientos deleitosos y frustraciones a priori. También el panorama se prestaba por la no-intencionada actitud de los muchachos a bañarse pese al olvido voluntario o involuntario del bañador, que proporcionó un espectáculo de ropa interior mojada y una mirada despreocupada y libre (¿?), entregada al juego... Por la noche cenamos una rica pasta casera que había hecho Tere, la mujer de Fabian, uno de los camareros del Restaurante Tío Pepe (carnes argentinas en la sierra de Segovia-Madrid), con tres deliciosas salsas, a saber: Bolognesa, cuatro quesos y una de carne cortada a cuchillo.
El lunes, me entrevistó Iván para su medio de comunicación y por el tema del Orgullo Gay, está haciendo un artículo sobre homosexualidad e inmigración y me pidió mi humilde criterio y experiencia. La entrevista fue muy buena y agradable, no dije más que lo que escribí el propio 28 de junio, claro que añadí publicidad para la Organización Gay a la que represento, como vocero para España y Europa. Luego un sesión de fotos muy buena, he visto los resultados y la verdad genial, seré portada de un medio con bastante difusión...
El domingo, de reseñable, El Plan Travestí, que no como el anterior de divertido, pero muy simpático; descubrí el licor que se puede beber en el Morocco sin arriesgarse a sufrir coma etílico. Fui con Zach, un norteamericano mu majo que conocí por la red, está en Madrid hasta el 5 de julio haciendo unas investigaciones sobre literatura y cultura en la Biblioteca Nacional y de paso se saca el doctorado en Literatura y Letras hispánicas en Duke University, North Caroline. Iván estaba también con un par de amigos y nos lo pasamos genial, aventando un minúsculo abanico que había comprado en el CorteInglés por una módica cantidad de uno y pico de euros... teníais que ver el abanico: negro, de plástico y unos doce centímetros de largo, cuando plegado, unos encajes negros con dorado y una multitudinaria estampación con pintura en la tela del ala así, con toros, castañuelas y majas españolas que eran lucidas por posturitas fatales que Iván y yo improvisábamos al digno estilo Nati Mistral – Paloma Cela, ja ja ja ja!
El bar, como siempre, mucho guiri, mucho metrosexual y mucho JB con cocacola...
Recibo mails muy bonitos de mucha gente, quiero agradecer, especialmente a José, Bo Peep, Eugenio y Zach... Besos para todos, hala! ya bitacoreé un poco!