La huida del mundo real
Blog de poesía y política
7.18.2004
Tríptico-homenaje Mujeres que escriben UNO
I
Quiero un par de alas para ti
demonio de algún barrio proletario,
pequeño burgués,
ángel caído en mitad de Madrid.
Quiero para ti todo el oro del mundo
en un café de París;
darte un beso trasnochado
para que dejes de manosearte
con el lumpen
y con los travestís.
Mañana no habrá galletas
ni girasoles.
conservaré tu cubrecama limpio,
con tu olor;
con tu sexo deambulando
en los pasteles,
los óleos, las acuarelas;
con tus intestinos en mi boca,
con tu cáliz
tu estambre
tu pistilo
dibujando un
caracol.
II
Me gusta cuando te desnudas
y me muestras tu cuerpo caracol,
tu sexo espiga,
tu acordeón capilar,
tu arco iris sin piel;
seductora lengua,
ese gorrión a punto de morir
que es tu corazón.
De tu piel la magia inerte,
un cardumen de neón
en el mármol de tu pene.
Cuarto menguante en tu cabeza.
Se enoja la palabra contigo,
se vuelve mutante.
Tu beso es el elixir
para los poetas,
poetadores, poetangos,
poetinertes.
Pienso que tú serás mi leyenda,
mi obsesión.
En tu cadáver vomitaré yo,
con flores y promesas
de hacerte santo,
rezarte cien padrenuestros,
desenvainar tu sarcófago
y volverlo promiscuo.
Venderte
por amarte tanto.
III
Tu música me hace llorar, caracol.
Me hace recordar días ya muertos;
canciones oníricas;
esos ojos de ella
combinados con los tuyos,
esos vientres.
Tus pies dibujados
se pasean por encima de mí,
me besan.
Tú quieres besarme con la boca,
con lengua,
pero no te atreves.
Tú quieres violarme,
matarme.
Pero es más grande
tu dislexia de piel.
Tú me das miedo;
ese miedo de nacerte,
de abortarte,
crearte a mi imagen y semejanza;
verte estéril, degenerado, psicópata.
Amante de las pieles.
Amante de los hombres
y las mujeres.
Yo te he violado cien veces,
decapitado.
Tú has sido mi ataúd,
y mi sueño.
Tú mi vientre amargo,
lleno de dolores,
ardores... de la carne.
Quiero un par de alas para ti
demonio de algún barrio proletario,
pequeño burgués,
ángel caído en mitad de Madrid.
Quiero para ti todo el oro del mundo
en un café de París;
darte un beso trasnochado
para que dejes de manosearte
con el lumpen
y con los travestís.
Mañana no habrá galletas
ni girasoles.
conservaré tu cubrecama limpio,
con tu olor;
con tu sexo deambulando
en los pasteles,
los óleos, las acuarelas;
con tus intestinos en mi boca,
con tu cáliz
tu estambre
tu pistilo
dibujando un
caracol.
II
Me gusta cuando te desnudas
y me muestras tu cuerpo caracol,
tu sexo espiga,
tu acordeón capilar,
tu arco iris sin piel;
seductora lengua,
ese gorrión a punto de morir
que es tu corazón.
De tu piel la magia inerte,
un cardumen de neón
en el mármol de tu pene.
Cuarto menguante en tu cabeza.
Se enoja la palabra contigo,
se vuelve mutante.
Tu beso es el elixir
para los poetas,
poetadores, poetangos,
poetinertes.
Pienso que tú serás mi leyenda,
mi obsesión.
En tu cadáver vomitaré yo,
con flores y promesas
de hacerte santo,
rezarte cien padrenuestros,
desenvainar tu sarcófago
y volverlo promiscuo.
Venderte
por amarte tanto.
III
Tu música me hace llorar, caracol.
Me hace recordar días ya muertos;
canciones oníricas;
esos ojos de ella
combinados con los tuyos,
esos vientres.
Tus pies dibujados
se pasean por encima de mí,
me besan.
Tú quieres besarme con la boca,
con lengua,
pero no te atreves.
Tú quieres violarme,
matarme.
Pero es más grande
tu dislexia de piel.
Tú me das miedo;
ese miedo de nacerte,
de abortarte,
crearte a mi imagen y semejanza;
verte estéril, degenerado, psicópata.
Amante de las pieles.
Amante de los hombres
y las mujeres.
Yo te he violado cien veces,
decapitado.
Tú has sido mi ataúd,
y mi sueño.
Tú mi vientre amargo,
lleno de dolores,
ardores... de la carne.
Versos que no merezco. Escritos por Mariposa del Castillo (El Santuario del Voyeur de León Sierra y Mariposa del Castillo, Casa de la Cultura Ecuatoriana, Colección Los Cuadernos de Rimbaud, Quito- Ecuador 1995).
Etiquetas: Poesía
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