La huida del mundo real

Invitado: Marco Vinicio Poveda

(Al escritor Orlando Sierra)


No fue Baudelaire
y sus flores malévolas
ni ningún simbolista
de belleza francesa:
Apollinaire, Mallarmé,
Lamartine, Verlaine
o Valéry,
no.
Ni fue Darío en "Azul"
y sus "motivos de lobo".
Tampoco fue Lugones
y su lago de goces
metafóricos.
Ni Asusnción Silva
y su asunción celeste
hasta la anáfora.
Ni el cubano José
ni el cubano Martí
y menos, mucho menos
"su niña de Guatemala"
pues, "ya murió de amor..."
Ni el diablo de Chocano
sus josesantos poemas
con su ancatristeza...
Y menos, menísimo,
el "pájaro" laudánico"
de Poe que
edgarallanmente
fue incapaz de sacar los
ojos a su propio
"Cuervo".
Tampoco, tampoquísimo,
haber pudo haber sido
el célebre "Nocturno"
Manuel Acuña-México
que, en un cuarto de siglo
abandonado,
se acuñó a los labios de la
parca de un bocado
y vió nacer la muerte
"Ante un cadáver".
Ni a maldición de Shelley
ni el grna maldito Schiller
ni Enrique
que Heineanamente modernizó
la peluca voltáica de
Voltaire.
No.
Ninguno de estos
montruos
sedientos de belleza.
Y sin embargo alguien
en el Ecuador
y en la línea cero del
poema
decapitó a los decapitados.

* Hoy, en el XIII aniversario de la muerte de mi padre, Orlando Sierra, este dejavú, como homenaje al amor por él, por su pensamiento, que empezó a apasionarme tristemente, el día de su desaparición.

Etiquetas: Poesía