La huida del mundo real
Blog de poesía y política
2.17.2005
El Proceso del Daño
Te miré fugándome, por un corredor deshecho;
te vi en la diana terrible del destino,
tus manos,
tu aroma colorido,
tu bondad;
acerté mi objetivo
contra tu pequeño pecho
de dragón
nocturno
y procuré
acercarme.
Apenas te vi
ya conecté con el abandono de la voluntad.
Me anulé.
Tocándote,
yo quería palpar la verdad por un momento,
ser texto añejo y licor precioso;
los minutos se escapaban
como polvo de oro
azotado
por un viento pertinente,
sin violencia pero sin receso.
El brillo de la mirada
fue un camino
lleno de inseguridades;
las palabras
se me agolpaban
entre la boca y el corazón,
¡Te quiero!
Eres
la pieza perfecta
para el inescrutable laberinto de mi puzzle.
Necesito despertar,
abandonar este nudo terciopelo que es recordar-te,
necesitar-te
y
reinventar-te;
mis palabras son pequeñas ovejas
necias
descarriadas,
la lana ya fue trasquilada
y no te puedo ofrecer abrigo.
Te quiero;
deseo creer en esto,
quiero descubrir que el cariño puede ser verdad,
y vivir esta comunión de espejos,
el sabor maldito del afecto,
tu saliva
manto
que me acuna,
la enfermedad de poseerte.
Ser feliz es una mala broma de la lingüística.
La vida da todas las vueltas posibles sobre si misma
hasta
lograr confundirte con su encanto
pero
nunca te deja hacer lo que deseas.
La felicidad no existe
sino pequeños espejitos colgados con esa palabra
pintada en carmín,
FE
LI
CI
DAD,
nombre de mujer,
de diosa;
diva coqueta que juguetea con mis muertes,
las muertes que finges,
la que siento.
Se acurrucó en mis piernas y le pregunté que en qué pensaba... él me dijo que en -el proceso del daño, dijo claramente: -es irreversible, ya ha empezado; y de repente me sentí torpe, hacía daño pero quería hacerlo, ¿Y yo? ¿No me estaba haciendo daño también...?
La historia se contaba
como yo contaba los segmentos de tiempo,
las palabras que escuchaba de su boca,
las miradas cazadas al vuelo,
su aliento,
sus olores.
Luego todo fue lento e intenso;
prácticamente,
el proceso del daño era,
ya,
lo que se contaba por sí solo,
nosotros desaparecimos,
la comunicación se convirtió en comunión
y me dejé hacer.
y la verdad, fue verdad dolorosamente.
Ahora
voy a recordar,
voy a recordarlo todo.
te vi en la diana terrible del destino,
tus manos,
tu aroma colorido,
tu bondad;
acerté mi objetivo
contra tu pequeño pecho
de dragón
nocturno
y procuré
acercarme.
Apenas te vi
ya conecté con el abandono de la voluntad.
Me anulé.
Tocándote,
yo quería palpar la verdad por un momento,
ser texto añejo y licor precioso;
los minutos se escapaban
como polvo de oro
azotado
por un viento pertinente,
sin violencia pero sin receso.
El brillo de la mirada
fue un camino
lleno de inseguridades;
las palabras
se me agolpaban
entre la boca y el corazón,
¡Te quiero!
Eres
la pieza perfecta
para el inescrutable laberinto de mi puzzle.
Necesito despertar,
abandonar este nudo terciopelo que es recordar-te,
necesitar-te
y
reinventar-te;
mis palabras son pequeñas ovejas
necias
descarriadas,
la lana ya fue trasquilada
y no te puedo ofrecer abrigo.
Te quiero;
deseo creer en esto,
quiero descubrir que el cariño puede ser verdad,
y vivir esta comunión de espejos,
el sabor maldito del afecto,
tu saliva
manto
que me acuna,
la enfermedad de poseerte.
Ser feliz es una mala broma de la lingüística.
La vida da todas las vueltas posibles sobre si misma
hasta
lograr confundirte con su encanto
pero
nunca te deja hacer lo que deseas.
La felicidad no existe
sino pequeños espejitos colgados con esa palabra
pintada en carmín,
FE
LI
CI
DAD,
nombre de mujer,
de diosa;
diva coqueta que juguetea con mis muertes,
las muertes que finges,
la que siento.
Se acurrucó en mis piernas y le pregunté que en qué pensaba... él me dijo que en -el proceso del daño, dijo claramente: -es irreversible, ya ha empezado; y de repente me sentí torpe, hacía daño pero quería hacerlo, ¿Y yo? ¿No me estaba haciendo daño también...?
La historia se contaba
como yo contaba los segmentos de tiempo,
las palabras que escuchaba de su boca,
las miradas cazadas al vuelo,
su aliento,
sus olores.
Luego todo fue lento e intenso;
prácticamente,
el proceso del daño era,
ya,
lo que se contaba por sí solo,
nosotros desaparecimos,
la comunicación se convirtió en comunión
y me dejé hacer.
y la verdad, fue verdad dolorosamente.
Ahora
voy a recordar,
voy a recordarlo todo.
Etiquetas: Poesía
:: León Sierra huyó a las, 15:32
