La huida del mundo real

La tolerancia masónica que el sentido común del vulgo tiene aquí en España, juzga y sentencia frases anti-totalitarias per sé, castiga irracionalmente la ausencia de libertades que pareciera que un régimen comunista engendra. El caso es que en la sociedad del estado de bienestar, en las sociedades de la libertad capitalista, en el primer mundo, los ciudadanos vivimos en una cárcel que simula una gran población libre, donde la posibilidad de libertad te la compras con la cartera y hasta a veces con el cuerpo. La gran crítica a un régimen comunista como el de Cuba es precisamente la libertad de expresión y particularmente la libertad de circulación de sus ciudadanos para salir o entrar en la isla; pues bien, señores, a mi madre le acaban de negar el visado para entrar en España y por ello, en la Comunidad Europea. El consulado español en Quito le ha extendido un documento que justifica la negación alegando que no dispone de medios económicos para su sustentación, cuando yo mismo tuve que extender una invitación notariada donde me comprometía a sufragar los gastos de su manutención durante su estancia estival.
No entiendo cómo un ciudadano español, súbdito español si se quiere, no puede recibir a su progenitora durante un tiempo de un mes cuando tiene derecho también a acogerla en régimen de reagrupación familiar. No entiendo cómo se puede jugar con la libertad de las personas, con su tiempo, con sus ganas, con su dinero.
Los trámites legales para pedir el visado empezaron hace dos meses con la notarización de la invitación, pedido del cupo en el avión y planificación de ambas vacaciones; todos los requisitos legales cubiertos no han sido suficientes para que hayamos frustrado muestro encuentro anual, esta vez en esta amable (¿?) España que se supone mi país también.
¿Es acaso que la aplicación férrea de la ley de extranjería o la masiva traslación de inmigrantes y sus familias (para poder levantar sus vidas, pero desde luego que también para levantar un país como España, creciendo económicamente gracias al ingreso y legalización de tanto extranjero que ha podido inclusive borrar cotas de paro y superar déficit en de la Seguridad Social), es acaso, pues, un parapeto para enceguecer a los funcionarios de los consulados y medir a rasante los derechos de las personas?
Harto confundido, desmoralizado y hasta defraudado económicamente, reclamo explicación y discusión.

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