La huida del mundo real

Blog de poesía y política

11.01.2006

variaciones sobre un tema de migraciones

I

Abro mis pulmones a la calle; abro y abro las mandíbulas que de abrirse se alzan en brazos obcecados y moléculas dispersas: pulmonías del alma que no suenan como si estuvieran en el vacío. La especulación del sonido se ha tragado mi voz y usted no me escucha desde allí, ¿ o era aquí?

-Hi ! ja, det er Vilma; ja, ja , oh det kan ikke være sant også. Det er
utenkelig det som skjedde ! men hundre femti mennesker (utendlansk) på
en båt . Er alle død? Jeg forstår det, alle er drukenet !sonene dere
?… oh uten barna deres?.


-no entiendo! no entiendo nada, en que hablo? en qué me hablan? no entendí, no pude entender el sueño voraz que me alimentó... con el que me alimentaste... de que huí... de que huyo todavía... no sé si para siempre.



II

dos frentes que se chocan son masas que se presienten acolchonadas por un mar de símbolos que nos contienen, que nos ahogan. las palabras retienen un impacto que ellas mismas han lanzado; las miradas agolpan el sueño frustrado de esas madres, de esos padres, de esos amigos que no son amigos. mis costumbres se acostumbran a olvidarse mientras las tuyas han echado raíces que absorben desde mi centro: has penetrado lentamente, cuerpo que te recibe, en brazos recios, que se insertan lentamente. vomito tu ingreso que se evacua en parir.



III

migro en la embestida, me has tocado y como un témpano de hielo floto en velocidad constante; esas olas tan pequeñas son dos metros de agua que labra mi dureza y en mi movimiento, que nace de ti, no sé si soy yo el que va contra el mar o es la ola la que me golpea inútilmente. ya calor emergente me derrito en río que despeja mi cintura, ya desemboco en el delta de mis piernas, cálida, dormida de amor, mientras te sueño, desde ayer...
cuando nos amamos.



IV

El Dios de la Familia reina en nuestras vidas. Es un Dios único, para un modelo único que vive en un planeta único de un universo único. Yo tengo una familia entre mis piernas, pero apenas se ve, somos únicos y no creemos en Dios.



V

He sentido el acero de tu sexo, dómino de vientos cirros, hombre que te vuelves sobre mi espalda y violas la historia que te hizo, he visto tus lágrimas.

Entre pelos, el hombre vulnerable ha aterrizado entre mis cosas.

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:: León Sierra huyó a las, 16:05

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