La huida del mundo real

Blog de poesía y política

4.19.2007

La Voz Humana

Me he puesto a dirigir esta obra de Cocteau porque en una comida de cumpleaños (el mío, por si alguien no se ha enterado, fue el 14 de marzo -gracias, de antemano-), con Esther, una antigua compañera de cuando estudiábamos con Eines, y con Mónica, con quien hemos trabajado también a las órdenes del susodicho director. Amigos los tres, como antes, lejanos de los antiguos tiempos que nos han dejado huella y herida, rumiábamos un deseo hace años, antes de que Gerardo Vera lo hiciera con bombos y platillos en el CDN, con una topstar Cecilia Roth y con la parafernalia de montar no solo el monólogo sino la ópera, haciendo arqueología de lo que ocurrió cuando Cocteau entregó el texto a la Comédie Française, allá en 1930.
No vi el montaje de Vera, pero leyendo la versión que escribió Luis Antonio de Villena, llegué a la misma conclusión a la que llegué con la versión de Llovet, la que se hizo hace años para la actuación de Amparo Rivelles (¡!): Demasiadas palabras, y en caso de Villena, engoladas y bellas palabras.
Tengo la suerte de tener en casa a un poeta y traductor. Antonio, por su juventud y su franqueza ha tomado el texto de Cocteau y ha paladeado la poética del autor y en ello ha devuelto una versión que respeta la frialdad que dicho autor injerta en ese monólogo al teléfono. Palabras cortadas, cadenas de no-sintagmas, frases que a trompicones desatan lances románticos fuera de contexto, amor por hilo telefónico.
Voy a introducir a partir de hoy, fragmentos del diario de dirección para entregaros los ensayos. Me parece divertido y novedoso, espero que os enteréis de lo que ocurre dentro de la sala de ensayo, entre Esther, Cocteau y yo.

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:: León Sierra huyó a las, 17:04

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